El último martes que pasé aquí,
te lloré aún casi sin haberte conocido,
y me cambió la vida,
aunque suene tan exagerado como lo soy yo siempre,
me cambiaste la vida,
aunque ahora no se si agradecerte todos lo momentos que me regalaste o echarte en cara que desde el día en que te fuiste sigo buscando alguien que me encienda otra vez el corazón.
Pero prefiero quedarme con lo bueno,
no ganamos,
o quizás tú sí,
pero participamos, que al fin y al cabo es lo importante siempre.
Parece que fue ayer y llevo ya un año lamentándome, y me aguanto,
porque sé,
o pienso,
que a ti te molesta todo esto,
que estás a gusto pensando que no existo o que por lo menos no quiero existir en tu vida,
pero hay noches en las que me es imposible,
como esta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario