domingo, 24 de enero de 2016

Y un día de repente,
te levantas de la cama y todo ha cambiado,
por la ventana ya no entra la misma luz que hace meses,
hasta parece que las cortinas han cambiado de color.

El suelo está más frío que de costumbre,
y las paredes están cansadas de escucharme hablar de ti.

Pero de consuelo me queda que no soy la única que te echa de menos,
que el espejo añora tu silueta y la cama aún conserva la forma de tu cuerpo.

Y es que desde el día en que te fuiste, parece que toda mi habitación te llora por las noches.

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