sábado, 28 de abril de 2012

Contigo sobran las palabras.

Agarro tus manos y las conduzco hasta mis caderas, mientras yo pongo las mías en tu pecho. Poco a poco las deslizas suavemente hacia abajo, al mismo tiempo que yo deslizo las mías hacia arriba. Me acercas a ti, y nuestros cuerpos están tan pegados que casi puedo notar los latidos de tu corazón. Observo como tu cuello se va inclinando lentamente hasta que tu boca esta tan cerca de la mía que tu aliento roza mis labios, y me besas, lenta y pausadamente con un beso dulce como el caramelo y suave como el tacto de tu piel, y después de ese beso viene otro otro, y a ese lo sigue otro, y otro y otro, ni una sola palabra, solo besos.

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